En la finca en la que se ubica nuestra vivienda existía una vivienda unifamiliar con jardín trasero privado y en estado de ruina ya que llevaba muchos años sin habitar. Era una edificación de más de 100 años de antigüedad desarrollada en dos plantas, estando la planta baja semienterrada debido al asfaltado de la calle de acceso. Su estructura estaba ejecutada a base de muros de carga de piedra y ladrillo, con forjados y cubierta de madera, teniendo esta pendiente a dos aguas y con pizarra como material de cubrición. Por a las características de la edificación, así como su ubicación en el centro del pueblo y entre medianeras, el derribo se practicó de forma manual.
Una vez llevado a cabo el derribo, se apreció el fuerte desnivel que existía entre la fachada principal, abierta a calle pública, y trasera, abierta al jardín privado. Como consecuencia de este desnivel, el acceso a planta baja se realiza desde calle pública, teniendo acceso directo en horizontal a la planta sótano desde el jardín privado trasero.
La nueva edificación se desarrolla en dos plantas, baja y primera, con planta sótano y aprovechamiento de planta bajo cubierta. La planta baja está destinada a zona de día en su totalidad, estando la planta alta destinada a zona de noche. Tanto planta sótano como bajo cubierta no tienen uso vivienda.
La vivienda tiene una ubicación privilegiada en el centro del pueblo, pudiendo también disfrutar de espacio libre privado, gracias al agradable jardín al que se vuelca, teniendo una gran terraza en planta baja que comunica con él a través de una escalera exterior, convirtiéndolo en el corazón de la vida diaria.
