En este proyecto teníamos un local en planta baja de más de doscientos metros cuadrados, con patio trasero privado y un montón de posibilidades. El local estaba totalmente desaprovechado, así que le propusimos a la propiedad convertirlo en su vivienda.
Se aprovechó la altura del local para generar espacios amplios y abiertos, con dobles alturas en algunas de las dependencias que hacen de la vivienda un hogar con un encanto especial.
Dada la ubicación en planta baja se optó por colocar ventanas altas hacia el exterior, de manera que no se pueda ver el interior desde la calle. Con esta idea se consigue también dar la espalda al espacio público, volcando así la vida familiar hacia el patio interior, que funciona como zona de esparcimiento, deportiva, de recreo, reuniones, jardín y en definitiva, como corazón del hogar.
